Mi nombre es Mari Carmen. Son
dos nombres; No soy ni María, ni María del Carmen, soy Mari Carmen. Mi mamá
dice que el del registro civil se equivocó y que yo iba a ser una María del
Carmen. Sin embargo, me quedé con este nombre. Largo y repetido; Ella también
se llama así. La verdad es que nunca me ha gustado, por eso me dicen Maca,
Maquita, Maquis. Cosa que a mi familia no le gusta; Dicen que si me pusieron un
nombre tan largo es para que me digan así y no utilicen diminutivos. A mí me da
lo mismo.
Me da lo mismo, como me da lo
mismo desayunar. Mi desayuno siempre es un café y un cigarro, después de tres
horas puedo comer algo más sólido. También dos o tres días al mes, me da lo
mismo el mundo y me encierro en una cálida melancolía en donde sólo hay espacio
para mí y para profundizar en procesos existencialistas.
Tengo manías raras. Hablo
dormida, sueño despierta. No puedo dormir si la puerta del armario está abierta o mi cuarto está desordenado. A veces me da miedo que haya alguien debajo de mi cama y me asomo antes de acostarme. Siento cuando hay una mala energía en una casa y me mareo. Cuando me lavo los dientes se me quita el sueño. Fumo mucho. Me gusta mezclar dulce y salado. Medito para dormir profundo, generalmente con alguna meditación de internet. Tardo veinte minutos en bañarme y cuarenta en estar lista. Me baño con agua muy caliente. En la ducha saco grandes conclusiones de vida y resuelvo grandes enigmas. Me sonrojo muy fácil. Cuando se me mete algo en la cabeza hago todo en un
segundo para materializarlo. Tomo decisiones sin pensar mucho, otras veces soy
muy indecisa. A veces soy la mujer más bella y segura, otras veces amanezco
gris, totalmente gris, y me pongo a escuchar o leer cosas que me motiven,
porque pasa que no me gusta ser gris pero parece que lo disfruto también,
porque amanecer de ese color me lleva a conocer un lado interesante de
mí.
Lloro con facilidad. A veces
juego a pensar que en otra vida fui María Magdalena.
Me encanta bañarme. Y siempre
he dicho que alguna vez fui sirena. Soy agua y apuesto todo a que de verdad
en el mar la vida es más sabrosa. Así que algún día viviré ahí, con una vida
simple y un hostal bonito.
Soy simple. Me conformo con
poco. Pero constantemente busco algo. Una paz, una tranquilidad, una sonrisa,
una mirada cómplice. Busco armonía y no me gustan los conflictos. Por eso
prefiero sonreír que pelear. Por eso prefiero dar un beso que seguir
discutiendo por afanes del ego. Por eso me alejo de vez en cuando porque este
mundo es muy así y me cansa.
Me adapto fácilmente al fluir
de la vida. Acepto procesos dolorosos y me repongo rápidamente. Algunos dicen
que niego las cosas, otros me admiran por esto, yo creo que es más simple de lo
que creen.
Me distraigo fácilmente pero
también puedo hacer muchas cosas a la vez. Me enamoro rápido pero me desenamoro
con la misma facilidad. Puedo pasar de un estado de ánimo a otro en un segundo.
Confío mucho en la gente,
siempre he dicho que ese es mi don. Veo a la gente como es y siempre pongo como
prioridad su lado más bonito, lo que me lleva a ser empática y tener amistades
de todo tipo.
Soy transparente. Y si pones
atención y me miras a los ojos puedes saber exactamente cómo me siento. Soy
rebelde en mis acciones, caprichosa con mis amores y pasional por elección.
Escribo porque a veces soy un
mar agitado que necesita llevar la fuerza de sus olas a otro lado. Escribo
porque necesito levantar la voz, y sobre todo escribo porque así me veo de
frente.
Soy alta, mido 1,87. Los
jeans siempre me quedan cortos, los zapatos chicos y los hombres bajitos. Nunca
quise jugar básquet. Intenté ser modelo. Parece que cuando eres alta esas son
las opciones más viables para ti: Deportes para altos o modelaje. Me gusta mi
altura, siempre ha sido un cumplido de los demás hacia mí, sin embargo me
encorvo con facilidad y me duele la espalda. Cuando me doy cuenta lo corrijo y
tengo un equipo de amigos que se encargan de recordarme mi mala postura.
Iba a tener un cuate; Murió
en la panza de mi mamá y quedé sólo yo. A mi hermano y a mí nos
gusta pensar que él está hecho de los restos de mi cuate y que por eso somos
tan parecidos. Es mi mejor amigo.
El viajar para mi
debería de ser un estilo de vida. Para mí los viajes son un hermoso modo de
conocerte. Lo he hecho desde que tengo un año y creo que lo seguiré haciendo
siempre. Tal vez me establezca en esa playa en algún momento. Tal vez habrá
algún compañero de vida que decida tomarme así tal cual y motivarme para nunca
dejar de hacerlo.
Soy una amiga diferente;
Estoy rodeada de mucha gente pero tengo pocos amigos de verdad. Soy muy mía,
así que ir por un café o vernos cuatro veces por semana ya es demasiado para
mí. Pese a todo siempre voy a estar ahí.
Mi misión en esta vida es
aprender. En este momento estoy haciendo una maestría en mí, y me encanta. Me
apasiona analizar los vaivenes de la vida misma y me encanta pensar que todos
estamos aquí por algo y para algo.
Soy Licenciada en psicología,
tengo un diplomado en Tanatología e infinidad de cursos de corte holístico. Soy
espiritual y creo en casi todas esas cosas mágicas que nos cuentan los
chamanes.
En mi vida he tenido grandes
amores. Dos de ellos me marcaron de más. Con uno sigue habiendo un hermoso
lazo. El otro sigue siendo un dolor en el ego. El tercero no ha llegado, pero
espero que sea el vencido. Creo en un amor grande, sublime y sin fronteras. También
creo que la soledad es sagrada pero que el camino se recorre mejor en pareja.
A veces me aburre la forma en
la que vivimos la vida, y me asusta pensar que me quedan como cincuenta años de
esto. Me da una especie de pánico escénico y sueño con que vengan unos
extraterrestres y me lleven a un planeta más divertido. Luego sucede algo
increíble y se me pasa.
No tengo idea de qué hacer
con mi vida. A veces quiero ser una cosa, al día siguiente otra. Así que por
salud mental decidí dejar de presionarme y comenzar a disfrutar el camino tal
cual. Me gusta salirme del molde y palpar esa libertad de reinventarme todos
los días.
Tengo veintisiete años, a
veces me siento de diecisiete y otras veces de treinta y siete. Vivo en Buenos
Aires desde hace casi dos años. No vine a estudiar, no vine detrás de un
hombre, no vine porque la situación en mi país está complicada, ni mucho menos
vine con un plan. Vine porque sí.
Mi sueño es recorrer Latino
América de punta a punta. Me veo brindando después de un largo viaje en alguna
playa mexicana. Llevo tres meses ahorrando para eso.

Frecuentemente entro en
dilemas existencialistas. Sobre el mundo, sobre mí. Así que constantemente
estoy en observación corrigiendo lo que más pueda para ser una mejor persona.
Creo con firmeza que hay que caminar con amor, para que los que pisen el suelo
después de ti se puedan contagiar.
No soy una mujer común, eso
no me hace mejor ni peor. Soy una mujer con dudas, inseguridades, con defectos
y virtudes. Soy una mujer soñadora. Soy gris, blanco, negro y de todos los
colores; Puedo ser un arcoíris entero de un momento a otro. Me gusta estar
siempre bonita y oler rico. Dentro de mí vive una hippie que busca una vida
tranquila y alejada del mundo. Ando sin tacón, sin máscaras, y sin ganas de
vivir una vida común y corriente. Cómo tú, como todos.
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