¿Creen en los cuentos de hadas? Esos cuentos dónde la princesa es rescatada por el príncipe azul y viven felices por siempre. A mi me pasó, pero tuve la fortuna de enamorar al Rey.
Desde que nos vimos por primera vez supimos que íbamos a estar juntos en esta y muchas vidas. Me cargó en sus brazos y supe que a su lado nunca podría suceder nada malo. Me tomó de la mano con suavidad y sin pedirme nada a cambio me hizo su princesa, es más me rogó que nunca dejara de ser yo. Me besó en la frente y prometió magia en mi vida.
Mi rey me llevó a recorrer el mundo a su lado. Me enseñó de arte, de historia y de defensa personal. Me enseñó a ser más mujer que Dama. Mi Rey tuvo tantas ganas de que su princesa fuera libre que me enseñó que el viajar enriquece el alma, detiene el tiempo y abre el corazón.
En este cuento de hadas mi rey dejó todo por mi; Se quitó hasta la última prenda para que Yo no pasara frío, dejó de comer para que Yo no pasara hambre, dejó su juventud para que Yo no me sintiera sola. Es más, me dio más amor que a la Reina de su vida. Y algunas veces Yo le di menos amor del que debía y aún así me miraba cómo si fuera magia amándome sin esperar nada a cambio.

Lo que mi Rey no sabe es que Yo ya lo había elegido mucho antes de que Él me eligiera a mí. Es más, Yo ya sabía que nos amaríamos así desde antes de conocernos, que seríamos muy felices y que juntos podríamos contra cualquier adversidad. De entre todos los reyes del mundo lo elegí a Él y lo volvería a elegir y a elegir y a elegir, porque Él no es cualquier Rey, es mi Papá.
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