Quiero decirte que todo va a estar bien, que no tienes que tener miedo.
Quiero que sepas que nos pintaron el mundo de un color que no existe.
Me gustaría que sepas que no necesitamos todo esto, que el drama que nos
hacemos en la cabeza es tan innecesario como todas esas cosas que compramos.
Quiero tomarte de la mano y transmitirte un poco de paz y confianza. Recordarte
que estás vivo, y que eso te da mil oportunidades para transformar y
transformarte en lo que quieras.
Me gustaría quitarte el miedo, estar contigo en esas situaciones donde te
sientes desprotegido, inseguro y desconfiado. Mirarte a los ojos y recordarte
que el miedo no existe, que tú eres más grande que él y que nada ni nadie puede
saber tanto de tu vida como tú.
Me gustaría andar contigo, a tu lado, y recordarte lo bello y grande que
eres. Quitarte con delicadeza la venda que cubre tus ojos. Me gustaría que
supieras que lo peor que te puede pasar es que vuelvas a empezar, y que eso ni
siquiera es tan malo como te imaginas, al contrario, es de las más bellas
oportunidades que te da la vida para cambiar todo lo que quieras.
Quisiera poder contagiarte algo, lo que sea, lo que necesites en este
momento, lo que te ayude a recordar de dónde vienes. Me gustaría que me cuentes
tu historia y te des cuenta que no eres un cuerpo que deambula por ahí, que
eres un guerrero. Que toda esa tristeza se opaca cuando sonríes, que eres
magia.
Me gustaría pararme a tu lado frente al espejo y ayudarte a ver toda esa
maravilla que hay en ti. De adentro hacia afuera, con suavidad, sin juicios,
sin miedos, con amor.
Quisiera darte fuerza para que sueltes el pasado y te aferres al presente. Me
gustaría ayudarte a limpiar el polvo de tus alas; Abrirlas con cuidado y
recordarte que sólo cuando te atreves a saltar al vacío te das cuenta de la
fuerza que hay en ti.

Quiero abrazarte y decirte que, sea cual sea el momento que
estás viviendo, nada es para siempre. Que tal vez mañana extrañes el hoy, o mejor aún,
que tal vez el hoy lo agradezcas mañana.
Me gustaría que despiertes y te des cuenta que
la vida, con sus altas y sus bajas, es maravillosa porque es tuya. Eres más grande que tus miedos, eres más grande
que tus fracasos, eres más grande que tus tristezas. Eres más grande que tus “No
puedo”.
Y por último, quiero pedirte que no te juzgues. Que no te presiones. Que no pierdas la esperanza. Que no temas el mañana. Y Que te entregues con todo el corazón.
Hermoso!!!!
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