Lo que me gusta de esas situaciones que de un momento a otro cambian tu día o tu vida, es que vienen con un montón de aprendizajes y te da la oportunidad de volver a hacer las cosas de otra manera.
Esas situaciones que tambalean tu fe, que rompen tus esquemas y que te parten un cachito que duele mucho y que no sabías que había dentro de ti, son maravillosas si aprendemos a verlas de otra manera. Soy consciente de que a veces nos pasan cosas que creemos que no van a dejar de doler nunca. Sin embargo, el otro día hablando con mi amiga del alma, me di cuenta que debemos realmente tirarnos a la tristeza un ratito, llorarlo y después erguir el cuerpo, levantar la cabeza y sonreír como si nada hubiera pasado, porque lo único que pasó fue un hermoso aprendizaje que te llevará a crecer y que te da la oportunidad de volver a empezar. Son esas situaciones que te hacen sacudirte y replantearte un montón de cosas sobre tu vida.
La vida es tan sabia que si te agarra dormido te va a mandar momentos cada vez más fuertes para hacerte despertar. Despertar de la hipnosis social en la que estamos todos metidos, despertar y salir del cascarón de miedos en el que estás metido, despertar de la apatía. Es por eso que constantemente nos pasan las mismas cosas, las señales son tan claras que si las viéramos dejaríamos de repetir cosas que duelen. Por eso debemos despertar, y no dejar que algo grave nos pase por vivir un sueño profundo de estancamiento.
Y esto lo dice una persona que ha repetido miles de veces la misma situación, pero esa misma persona les asegura que si aprenden la lección, y no me refiero a una lección negativa, si aprendemos todo lo hermoso que nos trae una situación no planeada y que nos mueve el mundo, la próxima vez evitaremos un montón de cosas, y caminaremos más libres, sin miedos. Y no digo que esas situaciones van a dejar de llegar a tu vida, pero sí las vas a tomar de una forma más fluida y ligera, porque sabrás que detrás de ese dolor, hay una gran lección llena de amor que te hará crecer y te ayudará a ser un gran ser humano.
Hay que ponerlo en práctica. Hay que desmenuzar el dolor, observarlo, entenderlo y después dejarlo ir. Te aseguro que al día siguiente te levantarás siendo una persona más sabia, más ligera y más tranquila. Y este mundo necesita gente así.
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